Recuerdas como tus
dedos
se movían como hormiguitas
tras la lluvia
en mi piel
como se desplazaban
hurgaban
estremecian
en- a mis muslos
como con aires de dormidos
tambaleaban en la frontera
entre los pliegues y las arrugas
y las falanges cuasi precipitarse
como una torre de naipes con
el dedo hábil y experto del jugador
y entonces
el blanco de mi piel
le hacía trampas
a tus manos
a tus falanges telúricas
y sucumbías sin quejas ni temores
a recorrerla en un viaje sin pausas
en una montaña rusa siempre ascendente
de placer , auto - y ajeno
y entonces
tu respiración se volvía
agitada
como cuando los niños corren atrás de
una pelota de football toda la tarde
inspiraciones y expiraciones anárquicas
imposibles de cronometrar, de
controlar
y quedabas agitado, cansado, como los niños al sol en una tarde
de Mayo
inerme, desnudo, dormido
lleno de placer
del placer que ahora veo en tus ojos
que imagino en tu espalda
que palpo en tu semen blanco y dulce.
Ana
Buceo,Montevideo, Uruguay
Junio. Noche helada.
21-6- 08
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