sábado, 29 de marzo de 2008

El Juego IX

Esa tarde fue Chapultepec quien ocupó sus sueños. Vió sus lagos, sus árboles y algunos arbustos. Pensó en su inmensidad y en él. Esa tarde se vieron. Lo llevo a un lago que había en la ciudad. Sonrío de una manera tan linda que sintió que la idea había sido excelente. Sus besos minutos más tarde se lo confirmaron elevándolo a la carencia total de dudas.

Las plantas acuáticas en el fondo del lago, las lanchas a pedal de colores brillantes, el sol colándose por entre sus ojos.