¿Será Edipo?

Tu mamá
me mima

Este graffitti está ubicado en la calle Paraguay, yendo hacia el centro a mano izquierda entre Agraciada y Valparaíso.(Otra vez, me olvidé de anotar la esquina exacta-. Toda esa zona- para quienes no sean de Montevideo, o no conozcan el lugar-, es una zona de antiguas barracas de lana. Son edificaciones muy altas, muchísimas de ellas de ladrillo. Sobre la mano izquierda de la calle, hay algunas fábricas, que persisten en la zona. Eso provoca la presencia, de múltiples e interesantes muros para leer graffitties.

La otra acera, está ocupada por la Estación de Trenes General Artigas- un edificio del que hay que dedicarle una buena entrada en este blog- y actualmente La Torre de las Comunicaciones y otros edificios más modernos.

Cabe resaltar que este, está escrito- como eran estas muestras de arte en los 80´s y 90´s. El spray y el muro. No se desde cuando está hecho, pero si se que es del estilo, que antes mencionaba- pre aparición de la aparición del stencil y otras formas de expresión más actuales.

Por fuera del tema, que tiene esta sección del blog, cabe decir que la zona de las barracas y la Estación de Trenes, tiene los más maravillosos ejemplares de helechos y otras plantas adheridos a sus ladrillos. En ciertos lugares, y debido a su gran altura hay unos ejemplares maravillosos. En realidad se suman un par de factores. La pared de ladrillos constituye un excelente lugar de fijación y conservación del agua, por tanto de la humedad, que estas plantas necesitan para desarrollarse. El que esa calle tenga plátanos muy antiguos y por tanto altísimos.Cuando digo plátanos no hablo de árboles de bananas, sino un árbol que fue introducido a Uruguay por Bushental, que en el siglo XIX,los mandó traer de Europa especialmente. Los más antiguos están en el Botánico y en la Casa Presidencial de Suárez y Reyes ( que en una época fueron una sola propiedad) y en la calle Comercio.Los plátanos, dan una cantidad de sombra muy importante para los helechos y esas otras pequeñas plantas- en un número y variedad digna de estudiar-. La altura a la que están, les dan protección del vandalismo típico de cierta gente, que los ve y dice " me llevó un brotito nomás, un pedacito para casa".

Algún día concretaré un proyecto fotográfico con esas paredes, los helechos y las plantas que crecen en lúgares inesperados en la ciudad.

Un besote para todos desde la madrugada del oeste montevideano. Está muy serena. Ni los grillos se escuchan hoy.

Ana