LAS ANGINAS TE TUMBAN como una pulmonía, dices, y
dices que la enfermedad es un garrote en las manos
de un ciego.
Tenemos miedo de saber demasiado.
Ahora las rosas del cielo dejan caer sus pétalos silencio-
samente. Esta luz que desciende acaricia.
Recuerdo que besas como si mordieras uvas. Ninguna
paloma como tú se había vuelto mujer hasta ahora.
Me gusta pensar en ti desde que pienso.
" Como si mordieras uvas"
Jaime Sabines
martes, 6 de marzo de 2007
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