Uvas, uvitas, uvotas
dulces, grandes y redondas
mojadas por el agua que
caia de la canilla a raudales
uvas que Engels me quiere robar
porque son dulces y suaves
uvas, degluto, trago, me empalago
con su sabor
intentado retenerlo hasta casi dentro de un año
cuando de nuevo la parra de los de mis padres
se cargue de nuevo y repartamos la dulzura de su frutos.
sábado, 3 de marzo de 2007
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