miércoles, 12 de mayo de 2010

Para una tarde otoñal

No hay mucho más que agregar,luego del título de esta entrada. Por aquí estamos en pleno atardecer. La luz palidece y provoca un extraño encanto en el jardín. Un brillo cuasi céreo, lustrado. Un juego de luces verdes, brillos que se opacan parsimoniosamente,suspiros que se extinguen.

Un beso para todos. El jardín merece una serie de tomas fotográficas, lentas y dignas de salas de exposiciones célebres y bohemias. Hoy está como para deleitarse con él, tanto como cuando uno ve a alguien que le atrae a lo lejos.

Ana en acordes missaneanos. Miss Anne,of course.



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