sábado, 8 de septiembre de 2007

Crónicas Montevideanas

Sábado 6:30 de la mañana.Apenas está amaneciendo
y este sábado me ha tocado trabajar.
La calle está bastante desierta. Algunas pocas
personas caminan y una o dos esperan en las paradas de ómnibus.
Este paisaje se repetiría en mi camino descendente
 hacia la gran avenida donde pacientemente he de esperar
 el ómnibus por cerca de 25 minutos.

Mi caminata contará con una de la más bonitas bandas sonoras que
pueden acompañarme.Un sinfín de canturreos de pájaros que no puedo divisar.
Estarán en las altas copas de los plátanos, comunicándose vaya una a
saber que cosas.

Al llegar a la gran avenida y mientras esperaba con mucha paciencia
el ómnibus comencé a escuchar un Benteveo y lo pude divisar sobre un árbol
del cantero central. Entonces el deleite fue doble. Verlo erguido sobre
las finas ramas de aquel ser de vasos conductores,xilemas y floemas y
escuchar el canto de aquel animal, emplumado con huesos neumáticos.

La ciudad estaba despertándose. Un día precioso se avecinaba,
se paraba enfrente mío haciendome cosquillas en los pies. Un día que
hasta ahora tiene una cálidez arrulladora y suave.

Unos besos.

(e.e) The Wall Pink Floyd

" Hey Teacher leave the kids alone...."


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