jueves, 24 de enero de 2008

El Juego VII

Quise responder pero la llamada duro un segundo. Al llegar a mi casa dí gracias por que no hubiera nadie. Afortunadamente todos estaban en otros sitios. Disfruté del silencio de la misma, me desnudé y me pasee a gusto por la casa. Me dí una larga ducha rememorando mentalmente que mi cuerpo había sido tan deseado toda aquel día que paso.Que había sido deseado por un total desconocido en el que ahora me costaba no pensar.

Me vestí para ir a trabajar.La formalidad y la cuota de moda que odiaba.El tailler negro ajustado,la cartera a tono, los tacos altos. Me subí a mi coche y me dirigí al centro. En un corte de semáforos en una gran avenida le envié un mensaje de texto agradeciendola la llamada, la noche, la cena.

El día transcurrió sin demasiadas cosas interesantes y al atardecer estaba en casa. Me preguntaron como me sentía y les mentí diciendo que mejor. Mi marido me preguntó sobre dónde había pasado la noche.Le dije que como me sentía tan mal había preferido dormir en un hotel donde nadie entrara y saliera como era habitual en nuestra casa. Lo entendió y se lamentó de que hubiera perdido aquella cena con los Dupont. Lo consolé diciendo que ya habría otra oportunidad para reunirnos con ellos .

Me fui a dar un baño rápido y a prepararme para salir. Sola. Mi marido tenía una reunión de algún tipo con gente de la empresa y yo prefería ir al cine que quedarme en casa. No había elegido la película así que resolvería cuando estuviera allí. Si tenía que hacer tiempo tomaría un café en algún restaurant hasta la hora indicada.

Al llegar retiré la entrada y me fui a tomar ese café. El celular sonó y tras mirarlo veo que tengo dos mensajes de texto. Uno agradeciendo nuevamente que haya ido a su casa. Otro reiterando la invitación para esa noche.

En una hora estaba en su casa. En sesenta minutos los mismos gatos de la mañana me arrullaban los pies y sus manos recorrían mi sexo.

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