Pido

Los besos inocentes piden
trémulas carnes
agobiadas en los rincones
que despilfarren
el hastío de la tarde
que denoten, que deglutan el aire
que desmenuzen el deseo
volviéndolo sillón y agua.

Las bocas inocentes piden
besos de bocas que piden
besos inocentes.

La lengua la tímida inspiración
de la saliva
el canto alegre de los susurros
nocturnos
tu boca clama por los besos
que deseas encontrar
tu cuerpo
aquel beso que te reviva
que te zambulla en
el mar tibio y calmo
de una noche de enero
que provoque estertores
que te sacudan, te despierten
murmullandote o a gritos
que el deseo existe
en él, en su cama
bajo la luna
y no sólo en los sueños
que hilas cada noche.

Montevideo, 14-3-07