martes, 8 de enero de 2008

Digo, digo , digo

Muevo mis dedos y digo que te quiero. No importa por cuanto tiempo no dije ni una palabra. Tampoco quien seas y con quien estes. Hay sentimientos que son una maldita daga con filo de afeitadora bic y mango verde. Te cortan mal a la primera vez que te enfrentas con ellos. Quizás por eso mueva mis dedos y diga esto. Para olvidarme del dolor y la sangre que moja mis rodillas.

Afuera no hay mucho ruido. Por qué esta maldita ciudad está tan silenciosa hoy. Me gustaría oir algo muy ruidoso mientras como aros de cebolla y calamar. Algo como no se que. Seguramente algo de lo que no escucho jamás.

2 comentarios:

Dalma dijo...

La ciudad parece que estuviese en contra uno.

Me pasa que si estoy triste, la ciudad parece rebozar de alegria, cuando quiero silencio ella grita y cuando quiero ruido ella se calla.

A veces me pregunto si no soy yo el problema

Beso grande Anita

Lapsus Lingua dijo...

No creo que haya un problema. Las ciudades no exigen una correspondencia sentimental. Pero es más lindo cuando las hay. Te sentís mejor, haces cosas que te hagan sentir más placer. Esta ciudad es hermosa para mi gusto. Por supuesto que ciertos lugares, muy transitados y encima con gente que no quiero ver se ponen insufribles.

¿No hay algún lugar donde vos grites y la ciudad responda?. O visceversa.

Besote