domingo, 21 de enero de 2007

Noche sin grillos

     La narración absurda de la noche. Los grillos que van y vienen
por los céspedes lejanos. Los valles y esas elevaciones que interrumpen
la monotonía del paisaje. Lo hacen de la manera más exquisita
ya que su constatación causa los más dulces placeres.

De nuevo la noche poblada de estrellas y grillos aquellos
que persisten en dotarla de un suave murmullo.
Su canto que no es inocente ya que denota su reproducción inminente.
Los rituales por la búsqueda de la pareja. Lamentablemente pocos
lo saben y la mayoría ha olvidado su significado e importancia.
La misma importancia que tiene tu voz que ahora resuena a mi lado
mientras escribo de madrugada con la puerta abierta intentando
escuchar esos grillos que cantarán seguramente en otras hierbas.



2006





 

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