viernes, 20 de abril de 2007

Heráclito

Hace meses que vengo pensando que tengo que escribir sobre Heráclito y siempre inevitablemente iba quedando para atrás. Cada vez que pasaba por la esquina donde vive me volvía repetir que luego de superado el terrible repecho de mi calle iba a llegar y a poner unas líneas sobre él. La cosa que como todo el momento llegó.
Heráclito no es un filósofo sino más bien un perrito precioso que vive por mi barrio.En realidad haciendo gala de mi uruguayes diría que se llama de otra manera pero que yo no llamo así. Una vez hace muchísimos meses pregunté su nombre. La cosa es que lo olvidé pero si me quedó que era algo un nombre antiguo y con H. No se si Hermes,Horacio o vaya una a saber.Entonces frente a ese lapsus memorístico decidí llamarlo Heráclito. Además creo que influyó que me habían estado atomizando con la Filosofía Antigua por esos tiempos.
El perrito este vive en un bar que queda a unas cuadras de casa.De esos bares antiguos de los cuales quedan pocos donde la gente se junta a tomar. Un bar oscuro con poca gente pero siempre con algunos parroquianos. Entre ellos siempre atento está Heráclito sentado en la puerta, muy atento las conversaciones que por allí discurren. El bar además tiene una mesa de pool en las que algunas noches veo gente jugar. Uno de los pasatiempos de Heráclito es perseguir las motos, pero no todas, vaya una saber porque. Es muy mansito y siempre que paso a su lado le digo hola perrito, hola Hera o algo así. Hace unos meses el bar tenía un gato amarillo hermoso y peludo que comía en la ventana.Ahora hace meses que no lo veo.
Lo que más me gusta de Heráclito es pasar de noche bien tarde y cuando el bar alberga sus últimos clientes ver a Heráclito dormido en una silla junto a la gente.Cansado quizás de tantas correrías y cuidados.

Ana

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