jueves, 31 de mayo de 2007

Viajes

La noche esta muy fría. Noche-madrugada a esta altura. Son las 1: 15 am. Escucho una música exquisita en una radio de internet. Un programa hecho por el magnífico escritor Edel Juárez. Una selección increíble, increíble. Ya no tomo más mate. Debería dormir un poco aunque mañana no tengo urgencia de madrugar.

Como siempre mi mente se invade de deseos, de lecturas placenteras, suaves como el terciopelo.De paisajes distantes y cálidos. De pedacitos de chocolate derritiéndose en mi boca. De dedos manchados con chocolate amargo, de bocas dulces y amargas a la vez.

Cuerpos en sillones con almohadones aterciopelados, azules, lunas llenas en cielos estrellados, caricias sin fin y sin destino fijo. Caricias sin menúes, sin tiempos, caricias cuasi eternas.

Y ya que no estás acá soñar con tu voz y tus manos. Con tu piel y sus lunares. Con tu espalda y tus piernas.Con tu aliento y tu calor.

El teletransportador hoy no cobra tarifa.No hay aduanas en el submundo de las partículas. Mi puerta queda sin llave para que entre y se meta en mi cama. Lo espero desnuda para sentir su ropa contra mi piel. Si quiere puede entrar sin ropa a mi cama. Eso lo elije ud.

Besos múltiples y suaves.

Ana

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